La historia de uno de los estilos musicales más radicales que han surgido del negro tronco del Metal está poblada de anécdotas profanas y de figuras muy controversiales, pero sin duda nadie sobresale al resto más que Christian “Varg/Grishnákh” Vikernes, creador y único integrante de Burzum, una de las bandas de Black Metal que sin dudas reinó e influyó gran parte del Black Metal escandinavo.
Pero mucha de su fama no se debe precisamente a su talento musical indiscutible, que dotaba de increíbles y oscuras atmósferas a sus tenebrosas composiciones, sino a su fuerte carácter idealista, que fue trocándose en una demencia terrible, que lo llevó al asesinato del mismo Euronymous (Mayhem) y a convertirse en una figura emblemática de la ultraderecha noruega.
Genio? Loco? Ambas cosas? Antes un poco de historia...
La historia comienza en el año 1987, con una escena del under blackmetalero noruego en pleno auge, cuando Varg forma Uruk-Hai, que sería disuelta en el año 1990 para dar paso a la formación de Satanel, junto a Abbath y Demonaz (quienes formarían luego Immortal). Satanel sería a su vez disuelta al año siguiente, iniciando el proceso que Varg había dado hacia la resucitación de Uruk-Hai, ahora bajo el nombre de Burzum (“Oscuridad” en el Lenguaje de Mordor creado por el escritor J.R.R. Tolkien, creador de “El Señor de los Anillos”).
Burzum se caracterizó por su inmejorable estilo musical, enteramente llevado a cabo por Varg (aunque en ocasión de su disco “Aske” fue ayudado por Samoth, guitarrista de Emperor), que como he dicho antes fue uno de los pilares fundamentales del Black Metal noruego, pero también encarnaba los fervores más anticristianos de Vikernes, expresando altas cotas de odio hacia la religión cristiana y semita. Participó, por iniciativa de Euronymous, integrante de la banda Mayhem, en la creación del “Inner Circle” (El Círculo Interior), un grupo supuestamente "satanista" cuyo objetivo era erradicar el cristianismo de Noruega para restablecer los cultos vikingos. El Inner Circle está formado por miembros de Mayhem, Emperor, Burzum y DarkThrone. Incluso fueron sus actos los que dieron al Black Metal uno de sus primeros apodos, el de “Metal de Quemar Iglesias”, pues Varg fue hallado culpable del incendio intencional de 3 capillas protestantes de Noruega. Pero la locura de Vikernes lo llevó más allá, lo llevó a asesinar a puñaladas a su “contrincante” Euronymous, con la complicidad de Snorre (Thorn). La Justicia condenó en el año 1994 a Varg Vikernes a pasar 23 años en prisión por el asesinato más los tres incendios. Poco antes de ser encarcelado, Burzum completaba su cuarto disco "Hvis Lyset Tar Oss" ("Si la luz nos acoge").
Pero aquí no se termina...
Desde su encierro, Varg continuó con el proyecto de Burzum, componiendo música desde la cárcel con el teclado que le es permitido poseer, aunque prefirió dejar de ser contemplado como un ícono del Black Metal y del Satanismo. En vez de eso, ahora Varg se impone como un símbolo de la ultraderecha xenófoba, un acérrimo militante del nacional-socialismo. Es un confeso anticristiano y antisemita, y abomina toda cultura diferente a la germana, adorando a los antiguos dioses escandinavos. No sólo se ha dedicado a la música, también ha escrito dos libros, siendo el más escandaloso el Vargsmal, en el cual explica su aporte al nacionalismo noruego (un documento que podría ponerse a la par ideológica del Mein Kampf de A. Hitler). Y sus fanáticos (no hablo de los seguidores de la música de Burzum, sino a los que idolatran a Varg) esperan ansiosos su liberación, para seguirlo ciegamente más como a un líder espiritual que a un líder político. Pero su locura no tiene límites; hay quienes dicen que Varg, mientras buscaba la libertad condicional, fue interrogado sobre que haría al salir, respondiendo que “saldría a matar a alguien”, incluso logró escapar de su encierro en el año 2003 para ser posteriormente recapturado y hallado en la posesión de una ametralladora y 700 balas, entre otras cosas (los abogados de Varg argumentaron que intentaba escapar hacia Suecia para luego unirse a la Legión Extranjera), lo que le valió un agregado de 14 meses a su condena.
Quizás demasiado fervoroso, quizás fanático, quizás genio, quizás demente. Varg Vikernes no sólo ha construido uno de los pilares del Black Metal noruego, sino que ha avivado las cenizas de la ideología nazi, del fanatismo religioso, de la xenofobia, de la intolerancia, del odio sin límites...
Genio? Loco? Ambas cosas? Antes un poco de historia...
La historia comienza en el año 1987, con una escena del under blackmetalero noruego en pleno auge, cuando Varg forma Uruk-Hai, que sería disuelta en el año 1990 para dar paso a la formación de Satanel, junto a Abbath y Demonaz (quienes formarían luego Immortal). Satanel sería a su vez disuelta al año siguiente, iniciando el proceso que Varg había dado hacia la resucitación de Uruk-Hai, ahora bajo el nombre de Burzum (“Oscuridad” en el Lenguaje de Mordor creado por el escritor J.R.R. Tolkien, creador de “El Señor de los Anillos”).
Burzum se caracterizó por su inmejorable estilo musical, enteramente llevado a cabo por Varg (aunque en ocasión de su disco “Aske” fue ayudado por Samoth, guitarrista de Emperor), que como he dicho antes fue uno de los pilares fundamentales del Black Metal noruego, pero también encarnaba los fervores más anticristianos de Vikernes, expresando altas cotas de odio hacia la religión cristiana y semita. Participó, por iniciativa de Euronymous, integrante de la banda Mayhem, en la creación del “Inner Circle” (El Círculo Interior), un grupo supuestamente "satanista" cuyo objetivo era erradicar el cristianismo de Noruega para restablecer los cultos vikingos. El Inner Circle está formado por miembros de Mayhem, Emperor, Burzum y DarkThrone. Incluso fueron sus actos los que dieron al Black Metal uno de sus primeros apodos, el de “Metal de Quemar Iglesias”, pues Varg fue hallado culpable del incendio intencional de 3 capillas protestantes de Noruega. Pero la locura de Vikernes lo llevó más allá, lo llevó a asesinar a puñaladas a su “contrincante” Euronymous, con la complicidad de Snorre (Thorn). La Justicia condenó en el año 1994 a Varg Vikernes a pasar 23 años en prisión por el asesinato más los tres incendios. Poco antes de ser encarcelado, Burzum completaba su cuarto disco "Hvis Lyset Tar Oss" ("Si la luz nos acoge").
Pero aquí no se termina...
Desde su encierro, Varg continuó con el proyecto de Burzum, componiendo música desde la cárcel con el teclado que le es permitido poseer, aunque prefirió dejar de ser contemplado como un ícono del Black Metal y del Satanismo. En vez de eso, ahora Varg se impone como un símbolo de la ultraderecha xenófoba, un acérrimo militante del nacional-socialismo. Es un confeso anticristiano y antisemita, y abomina toda cultura diferente a la germana, adorando a los antiguos dioses escandinavos. No sólo se ha dedicado a la música, también ha escrito dos libros, siendo el más escandaloso el Vargsmal, en el cual explica su aporte al nacionalismo noruego (un documento que podría ponerse a la par ideológica del Mein Kampf de A. Hitler). Y sus fanáticos (no hablo de los seguidores de la música de Burzum, sino a los que idolatran a Varg) esperan ansiosos su liberación, para seguirlo ciegamente más como a un líder espiritual que a un líder político. Pero su locura no tiene límites; hay quienes dicen que Varg, mientras buscaba la libertad condicional, fue interrogado sobre que haría al salir, respondiendo que “saldría a matar a alguien”, incluso logró escapar de su encierro en el año 2003 para ser posteriormente recapturado y hallado en la posesión de una ametralladora y 700 balas, entre otras cosas (los abogados de Varg argumentaron que intentaba escapar hacia Suecia para luego unirse a la Legión Extranjera), lo que le valió un agregado de 14 meses a su condena.
Quizás demasiado fervoroso, quizás fanático, quizás genio, quizás demente. Varg Vikernes no sólo ha construido uno de los pilares del Black Metal noruego, sino que ha avivado las cenizas de la ideología nazi, del fanatismo religioso, de la xenofobia, de la intolerancia, del odio sin límites...
N. Fleming - Abril 2004
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